Las cinco habilidades clave para poder ejercer un verdadero liderazgo

En esta columna, los invito a reflexionar acerca de las 5 habilidades clave para poder ejercer un verdadero liderazgo.

Habilidad 1: Pensamiento estratégico

¿En que pensamos cuando pensamos en una estrategia?  ¿Pensamos en un plan o diseño? Si por estrategia entendemos un plan o un diseño, lo más probable es que el trabajo consista mayormente en ejecutar ese plan o diseño, sin mucho lugar para lo emergente. En cambio, si imaginamos la estrategia como un ser que camina sobre dos patas: el plan o diseño y lo emergente, entonces tendremos espacio para contemplar lo emergente en nuestro trabajo diario.

Ahora bien, ¿Qué se hace con la estrategia? ¿Planificamos, diseñamos una estrategia? ¿Elaboramos una estrategia?

Planificar implica seguir un plan de acción, la concreción de una meta, a través de un razonamiento lineal. Diseñar una estrategia remite a empezar de cero, no comprar nada hecho. Esto requiere una mirada empática y nos obliga a estar cerca de la práctica. Elaborar una estrategia comprende los dos anteriores: pensar y hacer. Implica ponerse en movimiento.

Esta visión es la que nos va a impulsar a generar respuestas adaptativas sin perder el diseño original. Lo emergente es lo que se descubre a medida que se va haciendo, no es lo que invade. Esto impacta sobre la idea que tenemos acerca de qué es trabajar: trabajar ahora es construir sobre lo emergente.

Habilidad 2: Actitud Comprensiva 

El teletrabajo puso de manifiesto que la vieja creencia acerca del liderazgo como control ya no tiene lugar. Si nos aferramos a la vieja creencia del liderazgo como poder entonces entenderemos también que los líderes se nombran. Sin embargo, mirar desde la compresión y no desde el poder es lo que nos va a permitir entender lo que hasta ahora se hacía intuitivamente, lo que nos va a permitir revisar los automatismos, generar autonomía y capacidad para modificar. Entender el liderazgo desde la compresión nos lleva a tomar al liderazgo como parte del entramado social. No sin mucho esfuerzo todos recordaremos algún momento en el que fuimos líderes en algo. Todos fuimos o somos líderes en algo pero no en todo.

En otras palabras, los líderes surgen pero hay que estar cerca de la práctica para verlos. En ese sentido, los líderes de esta época verán en su práctica cotidiana la necesidad de ser empáticos. Un reciente artículo de The Economist señala a la “transparencia” como una de las habilidades básicas, tanto para el líder como para el liderado.

Habilidad 3. Mentalidad de Crecimiento

El aprendizaje en las organizaciones es clave para su crecimiento. Esto implica trabajar con personas que quieran aprender. Sin embargo, estamos acostumbrados a pensar el aprendizaje como un fenómeno individual y este individualismo nos lleva indefectiblemente a la competencia entre personas. Por el contrario, si tomamos al aprendizaje como un fenómeno social o colectivo, entonces podremos fácilmente observar que la calidad del aprendizaje tiene la calidad de los vínculos sociales.

Pensar que el conocimiento es individual es caer en la trampa. Si trabajamos con otros entonces estamos aprendiendo todo el tiempo. Es importante, por lo tanto, reconocer qué es lo que aprendimos y cuando lo aprendimos, para poder hacer así explicito lo implícito. Cuando el conocimiento es implícito, vivimos con la sensación que  no sabemos lo que buscamos pero si lo sabemos una vez que lo encontramos. Pasar de conocimiento implícito a explicito ayuda en gran parte a crear un mayor grado de certidumbre. Cuando el conocimiento es explícito: podemos organizar, prever y describir.

En definitiva, una organización demuestra que aprende cuando: (a) logra hacer cosas que antes no hacía, (b) da lugar al cambio conceptual, (c) identifica oportunidades y desarrolla formas de aprovecharlas y (d) detecta problemas y se dispone.

Habilidad 4. Simultaneidad de Capacidades

Es un grave error pensar la capacidad de innovación y de ejecución como excluyentes  (Gore, 2021). Aquella idea de ‘piensan los de arriba y ejecutan o hacen los de abajo’ ya no tiene lugar. Esta separación del hacer y el pensar dotaban de sentido a la estructura y permitía encontrar soluciones. Hoy, las soluciones se encuentran más bien en modelos de respuestas adaptativas e imprevistas.

En términos más simples, refiere a la capacidad de hacer diferentes cosas en distintos momentos o simultáneamente.

La organizaciones parecen estar mutando hacia nuevos modalidades: mientras que hace unos 20 años atrás el foco estaba puesto en la eficiencia, hoy pareciera estar más bien del lado del aprendizaje continuo, que deber ser además just-in-time y just-in-context. 

Habilidad 5: Capacidad de Gestión

La capacidad y modos de gestión son la base de todo trabajo. Cuando la gerencia es entendida como una forma de control, el trabajo se transforma en obediencia. Cuando la gerencia es ejercida como un modo de exploración, el trabajo mismo da lugar a la  creación de sentido y significado. Desde la perspectiva del trabajo, y entendiendo al trabajo  como acción, es importante preguntarse qué significa trabajar. Mirar al trabajo como medio para sumar valor nos brinda un mayor grado de autonomía para saber dónde tenemos que estar y qué es lo que tenemos que hacer. Este idea se transforma en un criterio de gran utilidad para resolver prioridades y superposiciones horarias y criterios para saber qué delegar a quién.

Hablar de las habilidades claves para el liderazgo implica también aceptar las habilidades de liderazgo se pueden desarrollar y enseñar, que no es un don de nacimiento, y que existen métodos concretos.


Asesoría

En VG & Asociados nos dedicamos a apoyar a todas las personas que quieran desarrollar sus capacidades y habilidades. Sabemos que las reflexiones sobre la práctica suelen hacerse en silencio. Queremos por lo tanto acompañar este proceso porque cuánto más verbalicemos nuestras reflexiones y aprendizajes, más ágil será nuestro trabajo. ¿Qué resistencia tengo a lo nuevo?, ¿Me veo como una persona capaz de aprender? O ¿Cuánta energía le dedico a lo nuevo? potenciar las capacidades subyacentes de las personas en proceso de capacitación, invitándoles a ser parte activa del proceso.